Las capas en que se divide la tierra son: el núcleo, el manto o sima y la
corteza o sial. El núcleo ocupa el centro de la tierra y está formado de un
material de densidad muy alta y tiene unos 3500 km de espesor. Alrededor del
núcleo se encuentra una capa de unos 2900 km de espesor, el manto donde tienen
lugar las transformaciones que originan los cambios estructurales en la
superficie terrestre.
La capa más superficial y de menor densidad recibe el
nombre de corteza, tiene un grosor medio de 40 km y está compuesta por una capa
inferior de roca basáltica, a mayor temperatura y más fluida, y una capa
superior de roca granítica, que constituye los continentes.
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