Con una duración de 400 años se desplazó por la franja desértica de la
costa Norte del Perú, dejó como testimonio los restos de sus templos
piramidales, palacios, fortificaciones, obras de irrigación y cementerios que
manifiestan su alto desarrollo artístico y tecnológico. Contaron con guerreros,
sacerdotes, artesanos y población rural jerarquizada. En 1968 Walter Alva descubrió
la majestuosidad de un semidiós: El Señor de Sipán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario