César Abraham Vallejo Mendoza, máximo exponente de la poesía de nuestro
país, fue el menor de 12 hermanos, dejó su tierra, Trujillo, para trasladarse a
Lima en 1918, donde editó su primera obra poética: “Los Heraldos Negros”. En
julio de 1920, de visita en su lugar natal Santiago de Chuco, es involucrado en
una revuelta popular y es detenido en la cárcel de Trujillo por tres meses, experiencia
que lo marcó para el resto de su vida y aprovechó para escribir parte de su
segundo libro “Trilce”. De regreso a Lima en 1921 ganó el primer premio en un
concurso literario con el cuento llamado “Más allá de la vida y de la muerte”.
Vallejo fue considerado por muchos críticos como el poeta de la soledad y el
desconsuelo, sin embargo, sus allegados manifiestan que la tristeza era sólo
una faceta que lo inspiraba y que por el contrario era muy bromista y juguetón,
un bohemio empedernido que le gustaba invitar a sus amigos a departir momentos
agradables. Vallejo murió en París el 15 de abril de 1938 un Viernes Santo,
luego de una dura agonía, a causa del paludismo y coincidentemente de acuerdo
su premonición: “Moriré en París con aguacero, un Día del que ya tengo el
recuerdo. Me moriré en París y no me corro- tal vez un jueves, como es hoy, de
otoño”.
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