viernes, 18 de agosto de 2023

LA REVOLUCIÓN CUBANA

El golpe de estado del 10 de marzo de 1952, que impuso la dictadura de Fulgencio Bautista, fue el germen sobre el que habría de tener lugar la revolución cubana. A partir de estos acontecimientos, el descontento del pueblo cubano fue en aumento y no concluyó hasta el triunfo definitivo de los revolucionarios.

El 26 de julio de 1953, con el asalto al cuartel de Moncada, comenzó la insurrección contra la dictadura de Batista. El ataque, dirigido por Fidel Castro al mando de unos 200 hombres, fracasó y su jefe fue condenado a 15 años de prisión en la isla de Pinos, ahora isla de la Juventud. Amnistiado en 1955. Castro se exilió en México y creó el Movimiento 26 de julio, reorganizó a los insurgentes y entró en contacto con el revolucionario argentino Ernesto “Che” Guevara.

En diciembre de 1956 Castro desembarcó en la playa de las Coloradas y se adentro en Sierra Maestra. Allí recibió el apoyo de buena parte del campesinado y comenzó una guerra contra el gobierno que duro dos años. En este periodo, la isla estaba completamente entregada al capitalismo estadounidense que controlaba el 90 % de las minas y de las haciendas, el 40 % de la industria azucarera, el 80% de los servicios públicos y el 50% de los ferrocarriles y de la industria petrolera.

A fines de 1958, la guerrilla asentada en su base principal de Sierra maestra, así como el denominado II Frente Oriental, triunfo sobre la resistencia del Ejército de Batista. El 8 de enero de 1959 castro entró a La Habana y se designó presidente a Manuel Urrutia, aunque el poder estaba en manos de Castro. En julio de 1959, Urrutia, descontento por la negativa de castro a celebrar elecciones, fue sustituido por Oswaldo Dorticos. El nuevo gobierno adoptó medidas radicales: ley de Reforma Agraria, que entregaba la tierra a los campesinos, creación de un ejército nacional y alfabetización de la población.



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