Después de lagos preparativos Cristóbal Colón con el apoyo de los Reyes Católicos de España Isabel de Castilla y Fernando de Aragón logró reunir para su gran aventura una tripulación cercana al centenar de hombres y zarpó desde el puerto español de Palos de la Frontera, rumbo a Asia, el 3 de agosto de 1492. Comenzó a internarse en un mar del que nada se sabía hasta el momento, razón por la que las personas menos preparadas la llamaban comúnmente el “mar tenebroso”.
Esta comenzó a desconfiar de Colón y dudaron que
la empresa terminara bien. La
desesperación la llevó a organizar un motín en contra del almirante, ya que los
hombres querían emprender el camino de regreso. Colón pudo contenerlos, le
pidió que tuvieran algo más de paciencia. A los pocos días, la suerte de todos
ellos cambió, por fin lograron divisar tierra en la madrugada del 12 de octubre
de 1492. Llegaron a una pequeña isla en el archipiélago de Las Bahamas que los
indígenas llaman Guanahani y qué Colón bautizó con el nombre de San Salvador (hoy
El Salvador). Colón comenzó a explorar la región, descubriendo Cuba a la que
llamó Juana. A estas alturas, Colón aún creía encontrarse en China. En
diciembre llegó una isla grande que llamó La Española, que corresponde hoy en día
a República Dominicana y Haití. Tras la pérdida de la carabela Santa María,
construye con sus restos un fuerte el cual bautiza con el nombre de Navidad, en
el cual dejó 39 hombres con instrucciones de reunir oro. Según creía Colón,
Cuba correspondía al Japón y todas las islas avistadas formaban parte del
archipiélago asiático. Luego de haber instalado a sus hombres en el nuevo
fuerte emprende de regreso a España al mando de La Niña, a donde arriba en
marzo de 1493, llevando consigo regalos, animales exóticos y objetos preciosos.
Los Reyes Católicos lo recibieron con altos honores.
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